NO VIVIRÉ EN LA DESHONRA DE HABER HUIDO…

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Tepic, Nay; octubre 01 de 2017

 

DE LA RESPONSABILIDAD Y EL HONOR EN UN HOMBRE

 

Por Efraín Moreno Arciniega

La amistad es muy bonita,

pero la verdad lo es más.

Aristóteles

 

Sócrates nos ha legado para la posteridad un hermoso Diálogo sobre el Deber.

En este hermoso Diálogo, Critón, el gran amigo de Sócrates, fue a visitarlo en su celda cuando éste ya estaba prisionero y condenado a morir por ingesta de la cicuta, para proponerle que huyera de Atenas a Corinto para salvarse de ese fallo injusto que había dado el Tribunal de los 500.

A lo que el gran Sócrates le contestó:

Nunca, Critón.

.

Si el mismo fue injusto o no, eso la historia lo juzgará.

Yo no voy jamás a faltarle al Estado, quien me ha dado siempre todo, para ser lo que soy hoy.

Porque dime Critón; ¿No fue por el Estado que nacimos? ¿No fue por el Estado que crecimos? ¿No fue por el Estado que nos formamos? ¿No fue por el Estado que pudimos casarnos y tener a nuestros hijos?

Y sólo porque hoy el Estado ha fallado en mi contra, me propones, Critón, que me oponga a ello.

Eso sería para mí muy injusto amigo Critón.

Acataré la determinación del Estado y tomaré la cicuta.

Al respecto, Patricio de Azcárate escribe al respecto:

¿La fuga es justa o injusta?

Porque es preciso resolverse en todos los casos, no por razones de amistad, de interés, o de opinión; sino por razones de Justicia.

A Sócrates la Justicia le prohíbe fugarse, porque ello sería desobedecer las leyes, acto este injusto en sí mismo, ejemplo funesto al buen orden público, ingratitud en fin, para con estas leyes que han presidido como madres y nodrizas a su nacimiento, a su juventud y a su educación.

Existe un compromiso tácito entre el ciudadano y las leyes; estas, protegiéndolo, tienen derecho a su respeto.

Nadie ignora este pacto; ninguno puede sustraerse a él; ninguno se libra, violándole, de los remordimientos de su conciencia, cualquiera que sea el rodeo que haya formado para cizañarse a sí mismo.

San Francisco de Asís, en aquel hermoso poema de Rubén Darío, «Los Motivos del Lobo», le dice a este, -quien se quejaba del maltrato de que era objeto de parte de los hombres-, lo siguiente:

«En el hombre existe mala levadura,

Cuando nace, nace con pecado».

Con estos hermosos versos, Rubén Darío nos recuerda a Todos, que como personas, nadie es perfecto.

Sólo Dios lo es, dirán los creyentes.

No es pues, el error o los pecados que una persona comete, lo que nos deben de admirar y escandalizar a los hombres; puesto que nadie es perfecto.

Ya lo dijo alguna vez el nazareno,

El que se sienta libre de pecado, que lance la primera piedra.

 

No, no es el pecado o el error lo que nos debe escandalizar.

Lo que nos debe escandalizar, es no tener el valor de enfrentar las consecuencias ante los demás, de nuestros errores y pecados.

Uno de los más altos valores que puede tener un hombre es La Responsabilidad.

Pienso incluso, que este Valor de la Responsabilidad, debe ser, lo de más alta estima para un político.

Nadie debe eludir sus Responsabilidades ante los demás, a riesgo de que su honor, lo más valioso que toda persona pueda tener, quede mancillado para siempre.

Y una persona, sin honor, está condenada a vivir con el desprecio de todos; ni siquiera la muerte elimina esta condena.

La deshonra, para los hombres que edificaron nuestra cultura, era la peor condena.

El honor para los argivos era lo más valioso que un hombre puede tener.  Como lo fue también para el Gran Caballero de la Triste Figura, Don Quijote de la Mancha.

El acto republicano de protestar como gobernante, en la mayoría de los países del mundo, es un acto de honor.

Se protesta, antes de acceder al cargo de gobernante o funcionario, por cumplir, y hacer cumplir la Constituciones Generales de la Repúblicas y las leyes que de ella emanen.

Y no es esto sólo un acto protocolario; es más que eso; es un Acto de Honor para el que protesta.

A riesgo, se le dice,

…que de no hacerlo, que el Pueblo os lo demande.

Hoy, son muchas las voces de ciudadanos que están demandando a mi amigo el ex Gobernador Roberto Sandoval y a muchos de los funcionarios que lo acompañaron, de mal gobierno.

Es tiempo, para todos ellos, que hoy son señalados de actos de corrupción, despojo, y de tener relaciones con grupos del narcotráfico, de dar la cara ante todos estos ciudadanos; y dejar en manos de la Justicia el fallo que determine.

No son tiempos de huir.

Son tiempos de asumir compromisos.

Son tiempos de cumplir, como Sócrates, con un Deber.