Los muertos se registraron en la ciudad de Barquisimeto, Valencia y en la capital, Caracas. Las protestas, lejos de aplacarse con la Semana Santa, se han extendió por todo el país, pese a las violentas represiones de la policía.
El diputado de oposición Alfonso Marquina atribuyó las muertes “a disparos de los «colectivos chavistas», grupos civiles que están armados y sirven como fuerza de choque del oficialismo” denunció el parlamentario.
«¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!», gritó una multitud anoche al finalizar la misa previa a la procesión del Nazareno de San Pablo, en el centro de la capital, oficiada por el cardenal Jorge Urosa, duro crítico del chavismo.
Las arengas dieron paso a golpes, gritos y empujones entre chavistas y opositores dentro de la Basílica de Santa Teresa, adonde acudieron dirigentes políticos. No se reportaron lesionados, pero sí asaltos al interior del templo.
El jerarca, quien pidió una y otra vez no politizar la Semana Santa, había cerrado el oficio con una plegaria para «resolver nuestros conflictos de manera pacífica y democrática», desatando aplausos.
El Nazareno de San Pablo es una emblemática imagen de Cristo cargando la cruz, tallada en madera, que data del siglo XVII. Cada Miércoles Santo es llevado en hombros por las calles del centro de Caracas.