Tercer día de protestas en la capital francesa después de que un policía matara el domingo a tiros a un chino.
A pesar de que la familia de la víctima ha hecho un llamamiento a la calma, varios manifestantes, en su mayoría asiáticos, formaron barricadas y arrojaron proyectiles a los oficiales antidisturbios.
Los hechos se produjeron en el distrito XIX, donde residía Liu Shao, un padre de familia de 56 años.
Todavía se desconoce con claridad lo que ocurrió dentro de la casa. La policía afirma haber forzado la puerta después de recibir la alerta de un vecino que dijo que que había oído gritos procedentes de una disputa familiar.
Según la policía, la víctima les atacó con unas tijeras, versión que desmienten sus hijos, que aseguran que los agentes entraron, y “le dispararon sin previo aviso”.
La inspección general de la policía ha abierto una investigación para determinar los hechos.