DACHAU, EL PRIMER CAMPO DE CONCENTRACIÓN QUE ESTREMECE, QUE QUITA EL SUEÑO, QUE NO SE OLVIDA

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Por Elías Maldonado/Censura!

Múnich, Alemania.-A poco más de 13 kilómetros se encuentran el pueblo de Dachau y a las afueras de éste, en una zona bellamente arbolada, entre el agradable correr del agua de los arroyos del estado federado de Baviera, aparece el Campo de Concentración, el Campo del Exterminio construido hace ya 91 años, un 21 de Marzo de 1933, mismo que funcionó durante 12 ininterrumpidos largos años.
Y 20 años después de ser liberado y eliminado como Campo de Concentración, fué transformado en Museo Conmemorativo en 1965. Los visitantes pueden apreciar una exposición sobre la historia de Dachau que realmente estremece, el tema que se elaboró y se puso en una exposición entre 1996 y 2003, a la vista de propios y extraños es «El camino de los reclusos». Y todo esto fue posible gracias a la iniciativa de reclusos sobrevivientes. Es realmente un museo impactante el cual cuenta con 22 zonas, 21 de ellas abiertas al público y solo la zona del antiguo campo de las SS, es inaccesible. A lo largo del recorrido se intenta recrear y lo logran la vida de los reclusos durante su estancia en el campo.
Lo más significativo e impactante del recorrido:
El complejo de intendencia, el cual comprendía la cocina, el guardarropas, los talleres y el baño. En el edificio estaba escrito con letras grandes: «Hay un camino hacia la libertad. Este pasa por la obediencia, la honestidad, la limpieza, la sobriedad, la aplicación, el orden, el sentido de sacrificio, la sinceridad, el amor a la patria».
El calabozo, definido como «un lugar de terror». Aquí se realizaban todo tipo de experimentos y torturas a los reclusos. Entre los experimentos más notorios se cuentan las infecciones intencionadas de malaria, pruebas de hipotermia y altura.
El campo estaba dividido en dos secciones: el área del campo y el área de los crematorios. El área del campo consistía en 32 barracas, incluida una para los clérigos detenidos por oponerse al régimen nazi y otra que estaba reservada para los macabros experimentos.
El interior del Museo pareciera detener el tiempo ya ido. Y es que todo, casi todo, se explica tal cual. Al terminar el recorrido de poco más de 3 horas en el cuerpo se siente una especie de vacío en el estómago. Nada se compara como estar ahí, caminar por crujías y celdas del área de prisioneros. Crujías habilitadas para 200 presos pero que en los hechos metían hasta 2000 personas, hacinamiento terrible en celdas donde solamente había un baño a pie de tierra. Al final de la crujía, es salir a un pequeño patio.
El campo estaba rodeado de una cerca de alambre de púas electrificada, una zanja con agua y un muro con siete torres de vigilancia. Imposible tratar de escapar y menos con un cuerpo agotado y mal alimentado.
Hoy, en 2024, cuando los tambores de guerra estremecen a toda Europa y la OTAN cobija a Ucrania, la cual fué invadida por Rusia un 24 de Febrero de 2022, cuando los pactos firmados al término de la Segunda Guerra Mundial parecieran no existir entre quienes ahora dejaron de ser aliados, Estados Unidos ha comenzado a mover su arsenal, y aquí en Alemania, la instalación de esos misiles norteamericanos con capacidad de más de 5 mil kilómetros, podrían estar listos para 2026, situación que ha tensionado más a la Rusia de Putin que se ubica a no más de 2 mil kilómetros, y que ya antes, en Dachau fueron fusilados 500 prisioneros de guerra soviéticos y más de 1000 soldados prisioneros soviéticos ejecutados en el Campo de Concentración de Flossenbürg, a finales de 1941.
Son cosas que no se deberían de volver a repetir, pero los tropiezos humanos son una constante y todo puede ser posible aunque no deseable.