FUERA CARETAS TODOS CONTRA AMLO Y A FAVOR DE USA

1439

FUERA CARETAS TODOS CONTRA AMLO Y A FAVOR DE USA
Por Octavio Camelo Romero

¿Andrés Manuel López Obrador es un peligro para el capitalismo transnacional? Definitivamente no. Empero, cuánto daño le han causado a los mexicanos quienes han estado incrustados en el gobierno desde el tiempo de Miguel de la Madrid hasta en la actualidad. Y es que sustituyeron el “Modelo de Desarrollo” por el “Modelo de Crecimiento Económico guiado por el mercado”. Pareciera obsoleto hablar hoy día sobre modelos de desarrollo, de esa actividad en la cual los gobiernos planeaban su política industrial, económica y social para generar no sólo el crecimiento del producto interno bruto, PIB, sino también el desarrollo social, o sea, una mejora cualitativa de la vida de los mexicanos más que, cuantitativa de la actividad económica. Fueron olvidadas expresiones como la redistribución de la renta, la, del salario digno, del mejoramiento de las condiciones laborales, de la reducción del horario de trabajo y del alza del poder adquisitivo, etc., expresiones que el día de hoy son más urgentes que nunca pero, a quien las pronuncie, los neoliberales lo tachan de populista o de dictador. Las banderas de la antigua socialdemocracia y de la mayoría de las izquierdas partidistas han sido abandonadas. La creación de una mayor protección social y humana en una sociedad desigual como la mexicana, es una tarea insoslayable que involucra tocar intereses creados y a políticos.
El mercado interno se ha contraído, la economía popular está en bancarrota, el comercio depende en 80 por ciento de Estados Unidos, y fuera de las autonomías indígenas, son pocos los espacios para crear los modelos de desarrollo. Más de la mitad de la población vive en la pobreza con un salario de subsistencia. El modelo actual, basado en bajos salarios, en un estado de bienestar parcial e insuficiente y en una división internacional del trabajo que asigna a México el lugar de maquilador, plataforma de exportación y destino turístico, tendrá que cambiar a raíz de las drásticas modificaciones a la política comercial y económica del vecino país del norte.
La implementación del Modelo de Crecimiento Económico guiado por el mercado y la transmutación del Estado de la Revolución Mexicana en Estado Neoliberal Transnacionalizado, fueron aparejadas con regresiones en el bienestar individual, familiar y social de los mexicanos. No solamente se vendieron los bienes de la nación sin preguntarles a los habitantes de este país si estaban o no, de acuerdo. Peor aún, se reprimió a quienes tuvieron la osadía de oponerse públicamente a tales cambios. Pero además, se dio marcha atrás a las conquistas sociales que se habían logrado desde la Revolución Mexicana hasta el periodo cardenista.
Andrés Manuel López Obrador ha sabido interpretar los problemas cruciales del país y las genuinas aspiraciones de la mayoría de los mexicanos. Sin embargo, en ningún momento se ha planteado cambiar el régimen capitalista de producción. A lo sumo se ha planteado recuperar algunas de las conquistas sociopolíticas de la Revolución Mexicana. Sus planteamientos van en el sentido de moralizar la vida política, de combatir la corrupción, la impunidad y la inmoralidad de los funcionarios; de democratizar la vida política de México, de transparentar el ejercicio del poder y el ejercicio de las finanzas públicas, etc. Sin embargo, estos pronunciamientos han levantado polvareda nacional e internacional. Hay quienes se verían afectados con un eventual triunfo electoral presidencial de AMLO en el 2018. Por ello al PRIAN ya se le unió el PRD y posiblemente el PT, para conformar una santa alianza guiada por la ultraderecha contra Andrés Manuel López Obrador y a favor de Margarita Zavala, aspirante a la candidatura presidencial.
Cuánta razón tiene Pablo Gómez cuando afirma que el “principal factor de desunión de las izquierdas ha sido el oportunismo, entendido como hacer a un lado el programa propio, meterlo en un cajón, y practicar la política sin objetivos de fondo”. Le faltó decir que estos partidos se unen a los partidos de la derecha bajo programas más a la derecha que sus programas propios y con el preciso objetivo de incrustarse en el aparato de gobierno. En fin