PALESTRA, Por Gilberto Cervantes Rivera

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PALESTRA
Por Gilberto Cervantes Rivera, poeta de Cucharas

Entre los alcaldes que se hizo millonario en menos de tres años, se encuentra el de Santa María del Oro, Procopio Meza Nolasco, un tipo que manejaba el suministro de gasolina cuando mi padrino Adhan Casas Rivas, era Presidente Municipal de ese terruño maicero y también turístico. Ya desde endenantes, Procopio se hacía de mulas, ordeñando los vales de gasolina, a través de los cuales compró su primera camioneta del año y una casita de medio pelo, pues el muchacho apenas alcanzaba para pagar una casa de renta inferior a los dos mil pesos mensuales pero que aun así sudaba la gota gorda para pagarla. Hoy como primer munícipe, ostenta una residencia en Puerta del Sol, la cual está valuada en cinco millones de pesos, con cuatro vehículos de modelo reciente, adornando la cochera, en virtud de que Procopio usa las camionetas del ayuntamiento para moverse por el estado con cargo al erario público desde luego. Su cómplice es el tesorero, a quien los habitantes rebautizaron con el mote del Trompa de Hule, por ser tan guapo como el mundialmente famoso Machete; pero eso vale sorbete, porque igual que su sagrado patroncito, coincide los fines de semana con el alcalde play citi de Ruiz, Víctor Abud, donde se gastan los dineros del pueblo, apostando fuerte para no dejarse de la gente sospechosa que ocurre ahí en plan de cacería, cosa que le quita el sueño a muchos políticos que no quieren soltar el vicio de soñar que algún día le pegarán al gordo por medio de jugar en las maquinitas. También se han visto en play citi, diputados locales del PRI, del PRD y hasta del PAN, entre los que destaca el que se autoproclama honesto a carta cabal, Luis Manuel Hernández Escobedo, de igual forma especialista en perder y ganar dinero jugando a los gallos. Dicen que una vez invitaron al presidente de gobierno legislativo Jorge Segura López, a probar suerte en los play citi, pero cuando comenzó perdiendo 500 pesos, salió de estampida pues lo que menos le gusta es que le quiten el dinero que gana como legislador del Congreso. Para nadie es raro como los políticos y funcionarios, se gastan el dinero que les paga el pueblo porque lo defiendan y tampoco lo que hacen los llamados Yuniors, los hijos de papi, que van por el mundo creyéndose inversionistas y dándose caché cuando aparecen retratados con futbolistas profesionales, como es el caso de Robertito, quien se sigue dando la gran vida a salud del papá que es gobernador ya de salida. Es un insulto para todos, nayaritenses, que no podemos darnos ni el menor de los lujos por carecer de un buen trabajo o ya de perdis contar con la amistad de un funcionario generoso que nos ponga en la nómina. Por ello los jóvenes se tiran al terrorífico mundo del narcotráfico, chance y peguen un buen golpe que los saque de pobres, pero resulta que son condenados a ser pasto cotidiano de la violencia entre bandas rivales que se disputan el mercado, dejando luto entre las familias de la gente que dice proteger el amigo del sombrero. Andamos mal, pero no creemos que la sociedad recupere pronto la confianza en sus autoridades, a menos que limpien las policías de tanto malandrin que se les logró colar y que quedaron como herencia del inquilino de Nueva York, del que no se sabe su suerte inmediata, por los vaivenes a los que lo tiene sujetado la justicia norteamericana…