RICOS Y POBRES, Por Elías Maldonado
¡Ay Toño! Juicio para la vejez.
Ésta ocasión no fue “la peor prensa del país” –así se refería el dipsómano de Toño Echevarría Domínguez cuando fue gobernador de Nayarit- de los medios locales. Tal vez tenía razón. Tal vez no. Pero hoy, la prensa buena, la prensa profesional, la prensa que en estos momentos utilizan sus ujieres para golpear a los adversarios de su hijo, le tundieron con un video realmente explosivo donde se ve y se escucha una charla ríspida, donde un niño no acepta ir a comer al Marlin, lo cual lo saca de sus casillas y explota por los celos. No es para menos, es un viejo que lo único que da es pena.
Por Dios. ¿Cómo se le ocurrió a la madre de los niños, Verónica, dejarlos con un tipo así?
Mal ambos.
De nada sirve que los padres, deformados, quienes crecimos en un ambiente de agresión sabemos que no es fácil reorientar el rumbo. Cambiar de actitud requiere la ayuda profesional para saber de nuestras fortalezas, sí, pero también de nuestras debilidades.
¡Ay Toño!
Ni la menor idea de cuándo es ese video. Ni tampoco importa. Pero, el detalle es que ahí está.
El daño emocional ya está en los pequeños. De ello no hay la menor duda. El daño que provoca inestabilidad, egoísmo, insensibilidad.
Sabido es que de nada sirve enviar a los críos al psicólogo si los padres no lo hacemos antes. ¡De nada!
Escuchar en otro video al hijo que busca la gubernatura de Nayarit por una alianza extraña, la de ricos y pobres, la de la llamada izquierda y la derecha, choca con un padre incongruente.
Decía Toño Echevarría García:
-Hemos iniciado en Fundación Álica la cruzada “rescatemos los valores familiares”, cuyo propósito es reforzar lazos entre padres e hijos
¡Ay Toño!, ¿por qué no escuchaste a tu primogénito? Por qué tenías que soltar eso de “y soy tu padre, no tu pendejo, cabrón”. Oíste. Para que le digas al psicólogo”.
Eso no se vale.
La dureza de los padres de antes nada tiene que ver con la flexibilidad de hoy. Hoy los hijos se forman de manera diferente a la de antaño. Y aún así, he de reconocerlo, no somos buenos padres. No nacimos enseñados. La regamos una y muchas veces. Pero eso es lo importante, reconocerlo, dejar la soberbia atrás.
La podemos dejar si andamos sobrios, si nos damos un masaje al cerebro yendo al psicólogo; pero, borracho es más complicado, no se entienden razones, no se entiende nada.
¡Ay Toño!, ¿pero qué te puedo decir a ti? Si algún día tienes tiempo, 70 es años de edad es nada, despréndete de unos 100 pesitos y compra un libro de bolsillo de mi filósofo de cabecera, Schopenhauer, “metafísica del amor, metafísica de la muerte”.
Hoy, caray, tratar de justificar la injustificable no lleva a ningún lado.
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En el caso de Edgar Veytia, el titular de la PGR, Raúl Cervantes, le hacía saber a Carlo Lote del noticiero de Televisa que “en México no tenemos nada”. Solamente es un fiscal de Nueva York el que lo requirió, por su nacionalidad norteamericana y como tal puede responder sobre presuntos vínculos con el narcotráfico. “Aquí investigamos en todas las fiscalías estatales, SEIDO y no tenemos nada. Vamos, sí, a abrir una carpeta de investigación sobre el hecho…”
O sea que Edgar Veytia jamás imaginó que pisar la tierra donde también tiene nacionalidad, la gringa, lo llevaría a un momento amargo, momento que seguramente se ha vuelto eterno, pues será hasta el 5 de junio próximo cuando vuelva a comparecer ante el Juez. Son cosas extrañas, aunque ocurren. Pero, mañana será otro día.