*URGE UNA OPCIÓN QUE SEA DISTINTA A ÉSTE SUJETO, ANTONIO ECHEVARRÍA GARCÍA, BOQUIFLOJO Y «PENDENCIERO ÁCIDO«
Por EMO/Censura!
Hoy no es que sea un mal día, ¡de ninguna manera!, mientras podamos caminar, medio pensar y que haya salud, es ya un gran día. Sin embargo, cuando los alimentos no llegan a casa el mundo parece venirse encima, parece acabarse todo entusiasmo, la motivación pareciera esfumarse en un chasquido de dedos. Así ocurre con maestros y trabajadores de la Universidad Autónoma de Nayarit quienes están en huelga por falta de pagos, de sus salarios caídos, aunado a ello, el golpe de gracia con la detención y encierro de su dirigente Manuel “El Pelón” Escobedo, hoy no hay ni para la despensa, les cortaron todo de tajo, todo. Les congelaron todo. La autoridad en el poder temporal encabezada por Antonio Echevarría García, tipo carente de sensibilidad alguna, Junior al fin, con sus alimentos tres veces al día, pues desayuna, come, cena y hasta postre alcanza, en nada le afectan los movimientos de las clases necesitadas, ¡en nada! Hoy son tiempos abismalmente diferentes, consecuencia de la pandemia del covid19, un “bicho” que ha pegado con su letalidad en todos los estratos sociales, no hay día que no nos enteremos de que un amigo, un conocido, un ser querido, se encuentra internado en el Hospital, en el Issste, en el Imss, en hospitales y clínicas privadas, pero además su duración con vida no pasa de tres a cuatro días, cuando mucho. El dolor afecta a los familiares directos, consterna a los amigos y conocidos. Pasa a la vida eterna quien todavía estaba lleno de vida, de vitalidad. El Covid19 no perdona a nadie, se van los de escasos recursos y también los pudientes. Ahora sí que todos, sin excepción, estamos expuestos. Hoy nuestra vida está en el filo de la navaja con ese virus invisible, unos dicen que se pasea en las multitudes y otros afirman que, en espacios cerrados, pero la verdad nadie sabe con exactitud dónde, cómo ni cuándo. Aunque ya esto de la pandemia está pegando en el bolsillo de comerciantes, de pequeños empresarios, de restauranteros, de changarros, aunado al abuso de los tránsitos que bajo el lema Tahuahua, oséase que si un motociclista no trae una placa, licencia, tarjeta de circulación, se le fundió una luz trasera, cualquier pretexto es suficiente para ser despojado criminalmente del vehículo mismo que será enviado al Corralón del libramiento en una grúa. La grúa es privada, no es de la Secretaría de Movilidad, así que el “infractor” tendrá que pagar, si desea liberar la moto, pagar multas y recargos, tenencia, refrendo, además del arrastre que cobra la grúa y los días que estuvo en el corralón. Los cientos de afectados con ésta medida ordenada por el comerciante Antonio Echevarría García, optarán por dejar que esas motos ahí se queden, pues sale más barato comprar una nueva, en abonos, que llevarse la que está asegurada en el Corralón. Esto pega al bolsillo y al ánimo de los empresarios locales que ven en Echevarría a un tipo sin escrúpulos, sin sensibilidad, sin solidaridad con un gremio hoy afectado, pues ahora, como si ellos fueran los trasmisores del Covid19, tendrán que cerrar Viernes, Sábado y Domingo; ah, entre semana será solo parta llevar y a domicilio, pero, ¿y las motos aseguradas en el Corralón?, esas o pagan a poagan. El que “gobierna” es como esas aves de presa donde piensa que su acción rapaz es su principal problema de creer que no tuvo nada que ver con el robo. Así que si despoja de motos y los asegura en el Corralón en nada le afecta a sus negocios, pues sigue vendiendo gasolina y cara, ataúdes y espacios, se compra publicidad para sus empresas, vende refrescos y agua, así que para él la pandemia si bien está ahí el tintineo de las monedas le sigue engordando su bolsillo. A él no le pega nada en lo económico. Por eso y muchas cosas más, los miles de maestros y trabajadores de la UAN en huelga, así como los restauranteros que se manifiestan con discursos donde reclaman un trato justo, a Toño Echevarría es lo que menos le importa. Por ello ya urge que éste Cuatrienio termine, que los días y las semanas avancen lo más rápido posible, urge un cambio de administración, de una persona sensata, sensible, maduro, que se ponga en el zapato de la gente más humilde, de que si bien es cierto que el Covid19 está a la alza, se puede controlar concientizando a la población sin necesidad del despojo abusivo de las motos, del cierre de changarros, de las multas arbitrarias para seguir hinchándose los bolsillos. En fin, la brújula cora urge de un cambio, pero no más de lo mismo. No de esos políticos que prometen el cielo y las estrellas para llegar al poder temporal y hacer más de lo mismo. Urge una opción que sea distinta a éste sujeto boquiflojo y “pendenciero ácido”. Hoy, entramos, desafortunadamente, al Semáforo Rojo.