El día de hoy, la Junta de Gobierno del Banxico comienza a discutir la decisión de política monetaria que hará pública el jueves próximo.
La más reciente encuesta entre especialistas que publicó Citibanamex la semana pasada indica que hay un consenso en que el Banxico aumentará las tasas nuevamente.
Cuando se levantó la encuesta, nueve de los 20 entrevistados esperaban un incremento de medio punto mientras que los otros 11 consideraban que el incremento sería de un cuarto de punto. Ninguno consideró que las tasas quedarían sin cambio.
Con el comportamiento que ha tenido el dólar en días recientes, es probable que la balanza se incline hacia un ajuste de 0.25 por ciento.
Pero, en sentido contrario, la inflación de la primera quincena de marzo resultó ligeramente superior a la prevista, lo que podría inclinar a un alza de medio punto porcentual.
En la entrevista que tuve la semana pasada con Agustín Carstens, en el marco de la Convención Bancaria, el gobernador del Banxico señaló que el tema que debe definir la Junta de Gobierno esta semana es cómo ‘anclar’ eficazmente las expectativas inflacionarias.
La respuesta a esa interrogante tendrá que ver con el efecto contrapuesto de una inflación que a tasa anual llegó a 5.3 por ciento y un dólar que ha bajado de precio más allá de todos los pronósticos.
Mi percepción es que el alza será de un cuarto de punto y no de medio punto.
Aunque la inflación se fue un poco más arriba de lo previsto, tampoco salió de cauce respecto a lo anticipado por el Banxico.
La Junta de Gobierno buscará contar todavía con márgenes de maniobra adicionales para incrementar las tasas en caso de que en el futuro inmediato haya otros episodios de inestabilidad que requieran subir más el costo del dinero para tratar de estabilizar los mercados.
¿Qué implica para los usuarios del crédito este probable aumento de un cuarto de punto? El nivel de 6.50 por ciento que alcanzaría sería el más alto desde que el 30 de marzo de 2009 se fijó una tasa de referencia de 6.75 por ciento.
Pero, el nivel vigente de la TIIE a 28 días, de 6.63 por ciento, todavía está por debajo de los niveles que se tuvieron entre 2004 y 2008.
Keneth Rogoff, execonomista del FMI, en su conferencia ofrecida en la Convención Bancaria anticipaba que la tendencia alcista de las tasas de interés no pareciera ser de un año o poco más sino de muchos más años, incluso una década o más.
Tras la crisis de 2009 nos acostumbramos a ver las tasas de interés en los niveles más bajos de toda la historia. Esa situación no podía ser permanente.
De hecho, el incremento de las tasas nominales en Estados Unidos, asociado a un mayor crecimiento en la economía de ese país, puede ser el signo de una ‘normalización’ de la actividad económica, a la que poco a poco se va a llegar tras los prolongados efectos de la crisis de 2009.
Me parece que, para México, resultaría mejor tener tasas de interés ligeramente más elevadas, un mercado cambiario razonablemente ordenado, y un mayor crecimiento económico que el que la mayoría anticipa para este año y que promedió 1.4 por ciento en la más reciente encuesta de Citibanamex. Ya algunos empiezan a reconocer que hay que ajustar al alza. JPMorgan revisó ayer su pronóstico de crecimiento del PIB para este año de 1.3 a 2.0 por ciento.
En este contexto es que el incremento de un cuarto de punto en la tasa de referencia de Banxico en realidad podría ser una buena noticia para la economía mexicana.
por: Enrique Quintana
Con Información de: El Financiero