EL CAPITALISMO TRANSNACIONAL ES LA SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS DE NAYARIT

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EL CAPITALISMO TRANSNACIONAL ES LA SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS DE NAYARIT
Por Octavio Camelo Romero

Mucho antes de la fecha del debate de los candidatos a gobernador de Nayarit, en este mismo espacio dijimos que un problema estructural del capitalismo ha sido, es y será, la desocupación social y la consecuentemente miseria en todas sus manifestaciones de los habitantes de los territorios donde las relaciones capitalistas de producción sean las dominantes. Y frente a la falta de puestos de trabajo, a los míseros salarios vigentes, los candidatos al gobierno de Nayarit han declarado en lo individual, que generarán puestos de trabajo mediante dos estrategias: 1) a través del financiamiento de los mini-micro-negocios y 2) mediante la atracción de capitales nacionales y extranjeros para que inviertan en la entidad. Empero, surgen las siguientes interrogantes: ¿Los salarios seguirán siendo míseros o se instrumentarán mecanismos de compensación para aumentar la capacidad adquisitiva de los mismos? ¿Las funciones y obligaciones públicas se conservarán o se las concesionarán a los capitales nacionales y extranjeros? ¿Cuál de las dos vías será la guía del gobierno de la entidad, la vía neoliberal o la vía de la Revolución Mexicana?
Después de esa comparecencia llamada “debate” de los candidatos a gobernador de Nayarit, que por cierto no escapó al lanzamiento de lodo y estiércol, queda perfectamente claro que todos, sin excepción alguna, ven al capitalismo como la única vía de solución de los problemas que aquejan a los habitantes de la entidad. Algunas ecuaciones simplistas y pueriles son: para que haya puestos de trabajo hace falta inversión de capital. Si no hay capital a la mano, hay que traerlo de fuera, ya sea de fuera del estado o de fuera del país. Y para que venga el capital a invertirse en la entidad hay que darle “certidumbre”, “seguridad social” y rentabilidad o competitividad a la inversión. Y para que haya todo eso, hay que hacer un gobierno amigable con los capitalistas y de servicio a sus intereses. Sin embargo, fuera de las propuestas de programas asistenciales, no se tocaron las posibles compensaciones a los míseros salarios porque asumieron la vía neoliberal del desarrollo capitalista en Nayarit. Ni de chiste se asomaron al esquema de la Revolución Mexicana hecha Gobierno que, por cierto, más de un candidato fue formado dentro de esa vía. Por ello nadie se acercó a los planteamientos de la estatización de las actividades económicas, del abasto de alimentos, de la transportación de pasajeros, etc., ni mucho menos, a las políticas públicas de la regulación del mercado de alimentos y de productos agrícolas.
Consecuentes con la visión neoliberal, los candidatos al gobierno de la entidad soslayaron aspectos importantes de la vida democrática de la sociedad como son, entre otros, la organización cooperativa en las actividades sociales y económicas, la preservación y defensa de la propiedad ejidal, la creación de comités sociales para la toma colectiva de decisiones, la participación popular en la programación de las inversiones públicas, etc., y por último, se olvidaron de los pueblos originarios estatuidos como nación. En fin