En opinión del Doctor en Economía y analista de Censura!…
EL MOVIMIENTO NACIONALISTA REVOLUCIONARIO QUE DEBE PLANTEARSE
*Se tiene un Estado Mexicano económicamente débil porque vendió todos sus bienes, todas sus empresas
Por Octavio Camelo Romero
Hace tiempo en este mismo espacio abordamos esta cuestión. Una alianza nacionalista revolucionaria debiera contener un mínimo de demandas que, en relación con el supuesto “nacionalismo de Trump”, no únicamente nos diferenciara, sino que identifiquen nuestra multinacionalidad y diversidad. Desde luego que hay grandes demandas que no se atienden; están por ejemplo la lucha contra la corrupción, la impunidad, la violencia, el dispendio, la falsedad y el desempleo. No es cierto que todos somos corresponsables de la existencia de tales fenómenos. Más aún, el gobierno debiera de enfrentarse a esos “males sociales” por oficio, sin ninguna presión popular. Pero el problema es que tales “enfermedades” las padece el Estado mismo. Por ello se matiza o se atacan a medias esos “padecimientos”. En relación con el “desempleo”, ya sabemos que es connatural del desarrollo del capitalismo. Mientras existan, por un lado, el régimen de producción capitalista y la competencia entre los capitales por otro, el desarrollo de la ciencia y la tecnología como su utilización en los procesos productivos y de circulación mercantil, arrojará a la calle a miles de trabajadores a engrosar las filas de los desempleados. El impulso del desarrollo capitalista no es la solución a largo plazo, aunque a corto plazo si resuelve el problema de dar empleo en aquellos lugares donde no existen inversiones de capital. Sin embargo, la lucha contra el desempleo habrá que darla, pero teniendo en cuenta que su solución es de mediano plazo. Más aún, este movimiento está vinculado a la migración. Los mexicanos emigran a USA y Canadá porque no encuentran un puesto de trabajo en sus comunidades ni en la República mexicana. En este aspecto se tiene que eficientar la administración pública simplificando los procesos, trámites y requisitos fiscales y transparentar la actuación de los funcionarios públicos de tal manera que permitan evitar la corrupción, la impunidad, etc. Otro aspecto de estos grandes problemas es la racionalidad del gasto público y del costo del mantenimiento del aparato de estado. El dispendio abarca a todo el Estado Mexicano, a todos los Poderes Públicos. Se tiene un Congreso de la Unión sumamente costoso, una Suprema Corte de Justicia de la Nación costosa y, un Poder Ejecutivo dispendioso. Lo peor del asunto es que se tiene un Estado Mexicano económicamente débil porque vendió todos sus bienes, todas sus empresas. Por eso con mucha mayor razón se tiene que racionalizar y transparentar el gasto público y el costo del funcionamiento del aparato de Estado.
En otro orden de demandas nacionalistas están las relacionadas con la autosuficiencia alimentaria, el desarrollo del campo mexicano y la preservación del régimen de propiedad colectivo. Con el programa PROCEDE el gobierno se dedicó a desmantelar el régimen de propiedad ejidal para dar paso a las inversiones de los capitales transnacionales en la minería y en menor escala en la agricultura. El país dejó de producir para dar paso a la importación de los productos agroalimentarios provenientes de USA. Parte de esta asimetría en el desarrollo del campo mexicano ha sido perversamente provocada por políticas públicas y atendiendo a intereses extranjeros más que mexicanos. Por eso la demanda de ser un país autosuficiente en los productos agroalimentarios conlleva a un replanteamiento de las políticas públicas, a un desarrollo del campo y a un retorno del régimen de propiedad colectiva del suelo.
Estas son solo algunas de las demandas inmediatas que una alianza nacionalista debiera tener para enfrentar no solamente a Donald Trump, sino a cualquier otro presidente imprudente que pudiera existir. Pero, además, con tales fortalezas, como país se pudiera dirigir a cualquier mercado del mundo y no estar tan sujeto al mercado de USA. En fin.