LAS ORACIONES DE UN NOTARIO PUBLICO Y EL ESCÁNDALO DE DOS MUJERES; ¡LA COMIDILLA DEL DIA!

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BRÚJULA CORA

Por el Sr EMO

UN GUARDAESPALDAS CASI PIERDE LOS PANTALONES
TRATANDO DE LIBERAR EL TREMENDO AGARRON DE CABELLERAS
VIDEO QUE CIRCULA EN REDES SOCIALES, UN ZAFARRANCHO ENTRE DISTINGUIDAS PERSONALIDADES

-¡Ay Dios!. Ilumíname Señor!, ¿Por qué vino aquí? Ay Dios…

Balbuceaba entre trago y trago de amargo licor el Notario que daba fe de lo que estaba ocurriendo en su nariz. Y no era para menos, en la zona VIP, una bella fémina se había enfrascado en tremendo agarrón de cabellera contra cabellera. Se trenzaron cual grandes rivales de una de esas luchas de grandes ligas. De los gritos y salivazos ácidos se fueron a los manotazos, a las rasguñadas. Volaron peinetas y uñas postizas. El respetable público presente festejaba en grande. No era para menos. Era la clase real, del tipo de mujeres que salen bien pintaditas, bien refinadas en revistas de la talla de “Hola”, aunque aquí en la tierra de coras, huicholes, tepehuanos y mexicaneros, no hay para tanto. Y antes de que los ánimos se desbordaran, de que la saliva llegara como agua pestilente al cauce del río Mololoa, la “seguridá” hace su mejor esfuerzo para desapartar a tan bravas hembras. No podían y es qu cuandfo las mujeres se agarran de los cabellos no hay poder humano que las separe. Ni a cual irle. Se dieron con todo. Ambas igual de bellas. Ambas con el mismo lenguaje florido. Y el Notario daba fe. Ah, el Notario que no sabía qué hacer, si reír, llorar u orar; y sí, mejor comenzó a orar: “Ilumíname Señor. Ten misericordia de mi. ¿Qué culpa tengo yo de ser tan guapo? Prometo si me libras de ésta, no volver a mirar ni de riojo a nadie, pero lo que es a nadie”… Ah, bendita “seguridá”, sacaron a quien traía la mano bastante pesada y la saliva bastante ácida. Ah, pero el público quería ver más, fue en eso que Julión llegó hasta donde estaba la Banda del momento y tomó el micrófono para hacer que el respetable se olvidara del enfrentamiento femenino y comenzara a disfrutar de la música, de las rolas, de lo que se siente cuando el alcohol inunda las venas y corre cual torrente de un lado a otro, incontrolable, acelerando el pulso. Ah raza. La brújula se andaba quedando descontrolada, pero así son éstos pleitos no muy comunes que digamos y menos en un Palenque….    

GRITOS, GRITOS, GRITOS