Nacen sin maldades

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El Pipiolo de la Murga
F.D.S.

Un canal televisivo nacional trasmite un spot en donde dice que los niños no nacen como seres tentados por la corrupción, la mentira y la deshonestidad e invita a los adultos para que los formen por los senderos del bien. Sin lugar a dudas es un mensaje de mucho valor,

ojalá y los canales televisivos que entran hasta lo más íntimo de los hogares y saben que los infantes de hoy todo captan, iniciaran mejorando su programación para que como integrantes de la distracción familiar que hacen su presencia por medio del aparato televisor apoyaran en la formación de niños y jóvenes, eliminando de sus programas las telenovelas que incitan a la violencia intrafamiliar, al odio y hacia las conductas nocivas; que evitaran la trasmisión de noticias alarmantes y que en sus programas de entretenimiento no incluyeran temas que forman parte de la vida privada de los famosos;
olvidar el amarillismo en la amplia explicación que entregan sobre las cantidades de dinero que se llevan los corruptos y en contraparte la autoridad no hace nada. ¿Cuál es el valor educativo de sus programas? Bueno, contestarán que la televisión entrega sus programas y que el televidente es el responsable de permitir a los niños y jóvenes enciendan el televisor, esa respuesta es válida al tratarse de evitarles la asistencia a locales de diversión no apta para ellos, de la misma manera, si los niños y jóvenes fuesen personas que no saben
el manejo de los aparatos electrónicos, pero la realidad es muy distinta, porque no exclusivamente encienden el televisor con la presencia de un adulto, no, lo hacen en cualquier momento y junto con ello se adentran en las redes sociales. En algunos casos, poseen más información que los padres o abuelos podamos tener. Anteriormente se
decía que la educación era recibida por los niños y jóvenes en el hogar, la escuela y la calle, ahora debemos agregar a la televisión, los equipos electrónicos y las redes sociales. En ocasiones, involuntariamente contribuimos a la deformación del niño. El infante que acompaña a uno de sus familiares cercanos al expendio de gasolina y hacemos el comentario delante de él que se paga por un litro completo cuando en realidad se recibe menos, el niño lo registra;

cuando llevas al niño a una y otra farmacia y en cada una lanzas un improperio porque la medicina tiene un precio diferente; es un acto de corrupción común en estos establecimientos, pero el niño registra que eso induce al farmacéutico a ganar más dinero. Intuyo la buena voluntad del medio que envía el mensaje, es una tarea de todos y como
bien dice el refrán: “El líder no te dice lo que debes hacer, te enseña cómo se hace”.(pipiolodelamurga@gmail.com)