La ausencia de liderazgo y credibilidad
Por José Agapito Robles/Censura!
Quiso en el lenguaje florido tratar de imitar a su padre, pero no, muy lejanos el uno del otro.
Y aún así, falto de emoción y sensibilidad al buscar llegar al corazón de la gente, bravucón, de aparente piquete corto, se bronqueó con propios y extraños desde el inicio de su gris y sangrienta administración del Cuatrienio, sangrienta porque contrató los servicios de dos expolicías federales que permitieron que Nayarit se convirtiera en un campo de batalla donde los muertos rebasó la cifra de más de 700 en un solo año, sin contar los cientos de desaparecidos, y luego de la renuncia de éstos, se trajo al relevo a un restaurantero de oficio, Benito Rodríguez, quien ya con su padre Echevarría Domínguez había estado al frente del CERESO “Venustiano Carranza” y repitió la historia, aunque ahora lo tiene al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, y aunque los levantados, desaparecidos y ejecutados no son tan constantes como cuando Herrera Valles, no hay día en que no se ejecute a una persona o se escuche de un levantón.
Las narcotienditas, los distribuidores de droga, el control de la plaza, está ahí. El narco llegó a Nayarit desde varios sexenios atrás y sigue operando hasta la fecha. No se sabe de algún pacto entre delincuentes y autoridad, pero siguen operando, prueba de ello son los asesinatos y levantones día a día en plena contingencia del COVIC 19.
Y ya casi por concluir éste mediocre y sangriento Cuatrienio, al frente un gris político aunque muy hábil, sí, pero para los negocios, sus negocios.
Las gasolinerías de su propiedad en sociedad con el grupo Octano, ganan entre 5 y 6 pesos por litro de gasolina que venden de Lunes a Domingo. La mayoría de los vehículos oficiales se surten en éstas empresas de su propiedad, por eso no hay crisis en esta delicada contingencia del Coronavirus.
En tanto, un grueso de la población sí se ve afectada ante el confinamiento, sobre todo los pequeños negocios que tienen de 1 a 10 empleados y que son la mayoría, por eso la angustia, la irritación, la molestia de quienes viven al día, de quienes no cuentan con un colchón porque esa mayoría -no la de los pequeños changarros-, sino del grueso que sobrevive en la informalidad.
Hoy y desde hace unos días, comenzaron a utilizar los servicios del Ejército para distribuir despensas con el logo del gobierno, y otros, administraciones municipales como Bahía de Banderas y Tepic, buscando promocionarse para la gubernatura que dejará vacante Antonio Echevarría, se ven tentados de subirse a la carreta de la promoción sin ningún tipo de escrúpulos y en Badeba se ve al personal de Cuevas distribuyendo vales de despensa, y al de Tepic, pipas con agua. Y no se queda atrás el tío del Gobernador, nada menos que Polo Domínguez, éste hace lo que puede: habla hasta de donaciones de un salario de los diputados para hacerle llegar material médico que tanta falta hace en clínicas y hospitales del Sector Salud.
Aquí, en la Secretaría de Salud, ha quedado al desnudo su incapacidad y hasta el vocero principal de Toño Echevarría, un canal de telvisión al que le inyectan millones de pesos, mes a mes, cuerea al titular de la institución por el caso registrado de Coronavirus en La Guásima, municipio de Acaponeta, donde se utilizó el servicio del restaurantero y carcelero Benito, para sitiar al pueblo sin protocolo alguno: “nadie entra, nadie sale”. Así de imprudentes.
Aunque la podredumbre brota en el Sector Salud de Nayarit. Y es en redes sociales donde sale a relucir el nombre de Iris Noely Álvarez Quiñonez, contador público y licenciada en derecho. Ella trabajaba ya en el sexenio de Roberto Sandoval Casteñeda en el “Seguro Popular”, fungía como Directora de Administración del Régimen Estatal de Protección Social en Salud (REPSS). Y hoy, hace apenas unos meses, la nombró Antonio Echevarría García con el mismo cargo de “directora de administración” pero de la Secretaría de Salud. Se entiende su llegada, pero no se justifica, afirman en redes sociales quienes conocen del tema sanitario.
En conclusión, la gris administración de Antonio Echevarría García, navega en las aguas sucias de la opacidad, de sus manos ensangrentadas por la violencia del crimen organizado, además del desatino en la entrega de apoyos y despensas a los más necesitados de Nayarit, quedan como un gobernante insulso.