Por EMO/Censura!
A veces es malo pensar mucho. Aunque hay quienes piensan siempre con la intención de hacerse de “mulas Pedro”. ¿Cómo se explica o justifica que una diputada federal adquiriera unas 80 hectáreas sembradas de caña a no más de 600 mil pesos cada una, algunos 48 millones de pesos, unos dos o tres años atrás? Hoy, en el 2021, cada hectárea tiene un costo promedio de dos a tres millones de pesos. Se invirtió y bien la lana. ¿Tanto dinero gana un diputado federal? Por supuesto que no. Sin embargo, la flamante ejidataria de Camichín de Jauja no es una revolucionaria de los tiempos de Emiliano Zapata o Pancho Villa, ¡de ninguna manera!, ella es nada más y nada menos que Martha Elena García, madre del actual gobernador del Cuatrienio, Antonio Echevarría García, así que en esa familia se puede decir u argumentar que “el dinero sobra”, tan sobra que se dan el lujo de comprar tierras ejidales y sobre la marcha hacerse parte actuante del Comisariado Ejidal. Sus derechos a salvo. Ser “campesino”, hombre o mujer, tiene sus privilegios. Son muchos. Y todo pudiera quedar en que se compró esas tierras con el sueño de contaminar el cielo de Tepic cuando el ingenio azucarero muele 200 mil toneladas de caña día y noche y ya para el 15 de Junio las máquinas dejan de funcionar, para la molienda, la contaminación se la llevarán las lluvias. Volverá la tranquilidad. Y, los productores estarán muy felices, no es para menos, la tonelada de caña la paga el ingenio en 1,100 pesos, y si se muelen diario 200 mil toneladas se está hablando de una derrama económica de 220 millones de pesos diarios. Es una cantidad enorme de dinero. Pues bien, aquí el punto es que la madre del gobernante es ejidataria de Camichín de Jauja y aunque ella no asiste a las asambleas de cada mes, los domingos, pues da un poder para que la representen; y, dentro de lo mismo, ella puede meter a la servidumbre de sus casas como ejidatarios, con ello formar también una sociedad con toda la familia y entre más integrantes sean, más ingresos sin pagar impuestos. ¿Por qué lo anterior? Bueno, la ley es clara, los ejidatarios están exentos hasta un millón 100 mil pesos del Impuesto Sobre la Renta (ISR) por la venta de sus productos sin procesar. Y si los ejidatarios forman una Sociedad de Producción Rural, pues cada uno de ellos estará exento del ISR por 1,100.000.00 pesos. Eso es en lo imaginario. No creemos que la diputada federal tenga ese tipo de necesidades, pues ella se supone que no tiene motivos para hacer cosas reprobables. Aquí la nota es que ella es ejidataria. Su esfuerzo le ha costado. Viene desde abajo. No es de la alcurnia, del abolengo, claro que no. Ella y su marido comenzaron viviendo en una modesta casita allá por la colonia Morelos. Eran otros tiempos. De ahí se vino una herencia y aunque el marido no era hijo, pues a él le tocó la suerte de ser favorecido. Luego lo demás. Pero jamás se imaginaría uno que Martha Elena García, la diputada federal, se convertiría en ejidataria, ¡jamás! La brújula cora no para de toparse con cada sorpresita.