El Pipiolo de la Murga

Es poco tiempo para pelear. Me hicieron llegar un relato sobre una persona mayor que iba en el camión de servicio público y en una de las esquinas subió una señora cargando muchas bolsas, quien para ocupar el lugar junto a la ancianita no tuvo cuidado y la golpeó.

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El Pipiolo de la Murga.
F.D.S.

Es poco tiempo para pelear.

Me hicieron llegar un relato sobre una persona mayor que iba en el camión de servicio público y en una de las esquinas subió una señora cargando muchas bolsas, quien para ocupar el lugar junto a la ancianita no tuvo cuidado y la golpeó. Se acomodó como pudo volteando hacia la señora y la interrogó: ¿Por qué no se enoja conmigo y me reclama por haberla golpeado? Es tan poco el tiempo que estaré junto a usted que no vale la pena enojarme, contestó la anciana, en la próxima parada me bajaré. El tiempo siempre es poco y para una administración pública estatal que solamente dispondrá de 4 años es un tiempo
extremadamente corto. Consumirlo en pleitos y venganzas mal encausadas no es otra cosa que desperdiciar los días buscando culpables y con ello no se gana la confianza, el respeto y el reconocimiento del pueblo que espera la solución a los añejos problemas. Todos estamos enterados de que quienes tuvieron la oportunidad no resolvieron lo que más lastima a la población y quien llega tiene el compromiso de buscar soluciones porque nadie del pasado vendrá en su apoyo. Ante ello, es bueno recordar las palabras del filósofo:” Grande es aquel que para brillar, no necesita apagar la luz de los demás”.

Prácticas de tiempos idos.
Por allá en la época de los trienios de las décadas de 1960 y 70, ante la necesidad de recursos económicos, había presidentes municipales que le imponían cuota diaria a los agentes municipales. Algunos tenían la consigna de entregar hasta 500 pesos diarios y cada agente sabía como conseguirlos, de otra manera perdía su empleo o era arrestado. Esta práctica vino a mi mente hace unos 10 días, cuando regados por todo el centro de la ciudad de Tepic y en colonias como Ciudad del Valle, San Juan, Jardines de la Cruz y otras tantas, se observan una buena cantidad de parejas de agentes viales que a pie recorren las calles quitando placas a todos los carros estacionados.

Sin duda se puede pensar que llevan la consigna de remitir determinada cantidad de placas a la oficina que corresponde aplicar ese tipo de multas. Los tiempos están difíciles y como siempre, el pueblo debe de ser el pagano. La constante alza en el precio del gas doméstico, de la gasolina, de los servicios que tanto el gobierno como los particulares le entregan al pueblo consumidor, ahora deben de sumar lo que los agentes viales recaudan. Lógico sería que antes de prohibir el estacionamiento en las calles de la ciudad, primero se habilitaran los estacionamientos públicos necesarios, porque se da el caso que para encontrar lugar donde estacionarse junto al hospital del ISSSTE y del IMSS, resulta imposible. Tal parece que elegimos a nuestras autoridades para que actúen en contra nuestra y no para que nos
proporcionen bienestar.

pipiolodelamurga@gmail.com