BRUJULA CORA
Por el Sr EMO
En casi ya un año de gobierno, Miguel Ángel Navarro Quintero le ha dado una sacudida a Nayarit, como en muchas décadas no ocurría. Sexenios concluían y quienes se marchaban lo hacían sin consecuencias. Un antes y un después. Tal vez el sexenio de Rogelio Flores Curiel puso paz y orden en Nayarit, pero, el sabor amargo lo dejó la desaparecida Procuraduría General de Justicia. Y es que, el cuerpo policiaco, mandos medios y altos se trajeron de la capital del país. Muchos de ellos sanguinarios, sin escrúpulos, cobijados en el manto de la impunidad, entre otros Gerardo Huerta, “El Repollo”; Alfredo García Gallardo, Ernesto Crespi Gallardo, Rubén Sesma, algunos exintegrantes del “Batallón Olimpia”, ese grupo paramilitar que hizo de las suyas en el 68 se incorporaron a la desaparecida “Policía Judicial”. El Penal de Tepic se llenó de gente que ni la debía ni la temía; y los que la hacían, difícilmente sobrevivían para contarlo. El “Venustiano Carranza” había detenidos sin expedientes. Era un estilo de procurar y administrar justicia, pero evitó que la delincuencia sentara sus reales.
Hoy son otros tiempos, sin duda. Los sexenios que se dejaron venir fueron tocados por el nada discreto encanto de la corrupción. Gobiernos que hacían como que hacían y no hacían nada en beneficio de la colectividad. Su prioridad: allegarse recursos para su beneficio personal. Unos, con departamentos de no menos de 10 millones de pesos en Guadalajara, en EEUU, en playas nayaritas. Otros con hoteles, restaurantes, radiodifusoras, televisoras, periódicos, apropiándose de hectáreas propiedad del Fideicomiso Bahía de Banderas para construir embotelladoras. Y así la lista. Sin faltar, por supuesto, las dirigencias sindicales. Aquí el detonante de hoy, que cimbró a propios y extraños fue el caso de Águeda Galia Jiménez a quien la Fiscalía le aseguró varias de las veintenas de propiedades que presumiblemente son de ella. Llama la atención, sin duda, porque de ser así, no se estaría hablando de algo tan delicado como lo es la “delincuencia”, sino de un “saqueo organizado”, jamás visto en tierras nayaritas.
De repente el sindicalismo calló boca. Tal vez no esperaban un trabajo elaborado de principio a fin por parte de la Fiscalía que en sus carpetas ya traía los espacios que se aseguraron y que tendrán los involucrados cómo es que ese “saqueo organizado” se dió. Eso seguramente se ventilará en los tribunales, pero hoy la dirigente sindical se quedó en algún lugar a dormir, su domicilio del rumbo dela Caja del Agua fue asegurado al igual que otros espacios. Faltan una veintena más.
Ella, tal vez, debió retirarse del SUTSEM y dejar la Secretaría General a su relevo. No lo hizo. Dejar el poder no es nada fácil. Se catapultó para lograr ser “presidenta vitalicia”. Arriba de su sucesor, pero además con decisión en un partido político local.
En éstos momentos, de ella no se sabe nada. Su destino es incierto.
Mientras los aseguramiento se daban, allá en la sierra de Huajicori, donde están los asentamientos de coras, tepehuanes y mexicaneros, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador escuchaba en los dialectos peticiones concretas: Universidad Forestal, para explotar esa riqueza con que se cuenta. Construcción de un Hospital de segundo nivel. Concedido.
Miguel Ángel Navarro Quintero se mueve a una velocidad increíble. Los paisajes de la sierra nayarita, son únicos. El oxígeno que desprenden los árboles son únicos. Ésta tierra es de riesgos y los nativos se lo hacen saber al Presidente, “la delincuencia organizada son un problema”. Y sí, aunque San Andrés Milpillas está a poco más de 50 kilómetros del cabecera municipal de Huajicori, en los límites con Durango y Sinaloa, grupos armados bajan a San Andrés y a Mineral de Cucharas y les roban el oro que sacan de las minas con mucho sacrificio, amén de la tala de los bosques sin que nadie les tienda la mano. Aquí, nunca antes un Presidente mexicano había visitado ésta tierra. ¿Un Gobernador?, menos. Hasta donde se había llegado es a Mineral de Cucharas, pero no a San Andrés Milpillas.
El chicote de Miguel Ángel Navarro Quintero se hace sentir. Por eso trae a teco y raita a sus funcionarios. No quiere palabras, quiere hechos. Los hechos comienzan a hablar. Andrés Manuel le tiende la mano. En menos dc 12 meses ha hecho un desplazamiento no visto en tres sexenios juntos. De ese tamaño. Parece acabar esos 100 años de soledad y saqueo… La brújula va por buen camino.
Guamucilar tendrá su puente