FRENTE POPULAR POR LA DESENAJENACIÓN DEL MEXICANO
Por Octavio Camelo Romero
Con la alianza PRD-PAN-PRI y con el llamado de AMLO a formar un frente opositor a la mafia política en el Poder Público, se evidencia que en el 2018 el centro político-electoral tiende a una amplia democracia con características especiales, y no a un acuerdo o alianza formal de los partidos políticos de izquierda o de derecha. Sin embargo, se corre el riesgo de una masiva enajenación de los mexicanos al transmutarles sus genuinos intereses por los intereses del capitalismo transnacional transpuestos en la cabeza de los mismos. Más no obstante lo anterior, la creación de un frente democrático y popular ampliamente coincidente en la consecución de objetivos y metas, rebaza las exigencias e inhibiciones normales de una alianza entre partidos formales, que como participantes o militantes no siempre se estarían en condiciones de aceptar. Por eso las condiciones en que se vive hoy en el país dan lugar a un movimiento amplio de carácter democrático, nacional y diverso.
Únicamente de esa forma pueden las izquierdas llegar a triunfar en la toma del Poder Político de México, no es previsible una alianza de partidos de izquierda ni mucho menos un partido en especial. Pero en las condiciones actuales del país no hay duda que Andrés Manuel López Obrador estaría en el centro dirigiendo tal frente. MORENA y AMLO son el partido y el dirigente que han mostrado tanto en la práctica como en las encuestas, tener la simpatía de los mexicanos y una mayoría abrumadora en las representaciones de los llamados partidos de izquierda. En esa perspectiva, AMLO representa una clara mayoría del electorado mexicano, más allá de otros partidos políticos o sectores sociales que se ostentan también como de la izquierda. Sin embargo como lo hemos venido diciendo, la vía electoral para el cambio radical de la sociedad, está clausurada desde la muerte de Salvador Allende. Por ello, este gran movimiento popular tan solo se plantearía llegar al Poder Público sin mayores pretensiones de trastocar la sagrada propiedad privada capitalista. En ese tenor, está el riego de enajenar aún más a los mexicanos.
Más no obstante, esa representación formal de la llamada “izquierda democrática” que han ganado ya Morena y su fundador principal, resulta un hecho incontrovertible que no puede ignorarse o negarse. La fuerza de los hechos muestra quien sería el centro de ese frente. Uno de los objetivos definitivamente sería derrotar contundentemente a una derecha que también se ha consolidado en el país, llámese PRI, PAN o inclusive fracciones del PRD, desde donde se desprenderían mexicanos para votar por el “frente popular y democrático”.
El triunfo de la izquierda en México sería significativo no sólo en el país sino, en el continente y en el plano internacional. Sería una señal de que el mundo no transita sin graves obstáculos hacia la derecha, como se ha visto recientemente en Venezuela, Brasil, etc. Hay ideas, partidos y naciones que se oponen exitosamente a tal tendencia. Mucho más cuando tenemos, todo el subcontinente, como vecino amenazante, una Casa Blanca dirigida por un personaje como Donald Trump, que podría ostentarse como flor de los jefes de Estado retrógrados más peligrosos que ha tenido el mundo en muchos años. Por eso más nos vale que nos organicemos en este frente popular y llevemos a AMLO a la presidencia de México. En fin.