¡Ay, Roberto!
Por Elías Maldonado
ESO ES LO MALO de un gobernante en el poder temporal, perder piso. Ayer que medio escuchamos a Roberto Sandoval Castañeda, afirmar con una seguridad que “superamos por mucho la obra pública de más de seis gobernadores juntos”, como que no se informó bien. Y es que toca el tema desde Rogelio Flores Curiel, Emilio M. González, Celso Delgado, Rigoberto Ochoa, Echevarría Domínguez y Ney González, son los seis mandatarios a los que dice haber superado y hecho, lo que todos ellos juntos, en solo un sexenio. ¡Por favor! Las obras se vieran, las buenas obras.
¿De qué sirve decir y presumir lo que todos, cuando en el terreno de los hechos, por ejemplo, se ven de las casi 500 colonias de Tepic, que el 80 por ciento están con un drenaje colapsado, ausencia de tubería de agua entubada, calles y avenidas destrozadas?
O le vieron la cara sus colaboradores a Roberto Sandoval o este agarró monte en su cuaco creyendo sus propias mentiras.
En fin, cada quien y cada cual con sus pasiones.
Éste ha sido uno de los sexenios que más le ha partido en toda la torre a los árboles. Planchas de cemento donde se construyeron bulevares, pero en todos y cada uno sin árboles que den sombra y oxigenen, solo la plancha que deja recursos monetarios para unos cuantos.
Y luego, la presumidera con los vecinos: “con esta obra se eleva la plusvalía”. ¡Ay, Roberto!, ¿qué acaso la gente le va a dar mordidas a la “plusvalía”, con eso va a comer?
No basta hacer obras de ese tipo para hacer crecer a Nayarit. No basta.
Las entradas y salidas de Tepic, son una pena. Y así, pena tras pena en las principales cabeceras municipales.
No se puede maquillar un rostro y tratar de verse bonito cuando la dentadura se está cayendo a pedazos y la pestilencia a caño es insoportable.
Un informe fantasioso.
Y es que por la noche, se escuchan plomazos donde le quitan la vida a una persona que respondía –según vecinos- al nombre de Erick Jobany Brambila Torres. Unos 12 plomazos que de la colonia Lázaro Cárdenas se escucharon varias colonias a la redonda y hasta la cabecera municipal de Xalisco.
Esto y otros casos más, son hechos desafortunados que contrastan con el discurso de Roberto Sandoval apoyado en cifras aportadas por sus ujieres. Mal va a terminar su sexenio que entrega el 18 de Septiembre próximo.
Lástima por él, pudo ser grande, pero, su soberbia lo comienza a hundir en el túnel del desprecio.
CUANDO FALLA el Internet y que se desploman prácticamente las llamadas “redes sociales” como el Twitter, Facebook y el Guasap, la adicción de millones en el mundo, parecieran a punto de enloquecer. No lo pueden creer. Toman entre sus manos el teléfono-celular y lo “reinician”, la “apagan”, lo vuelven a “encender”. Toman la cosa con calma. Pero siguen, persistente. No lo pueden creer. Le echan la culpa al “eclipse” mismo que, por sus radiaciones “al doble” provocó el caos. Y sí, las nuevas generaciones que “nacieron” con el Internet hoy disfrutarán si así se le puede llamar la tertulia amena con sus seres queridos, o bien, se quedarán mudos, sin saber qué decir, pues el celular siempre está en la mano, listo para lo que sea, es parte de, por eso ayer la psicosis. Se alucinaron y mucho. Los anhelados “like” ya no llegaban. Ya no se podía “retuitear” nada. Tampoco se podían subir fotos, ni esas añoradas “selfies”. Los “pensamientos” que a cada momento se suben para que los seguidores u agregados los lean y le den “me gusta”, dejaron de ser, Parecía una especie de pesadilla. La tarde más amarga de los que a diario, de lunes a domingo, las 24 horas viven en ese extraño mundo virtual.
Parecía el “fin del mundo”. Con el eclipse no se bajó de peso, pero sí se cavaron las uñas muchos. Ya iban, ya venían. Caminaban sobre sus pasos y regresaban sobre los mismos. Unos se echaban en la cama, encendían el televisor y veían sin ver, escuchaban sin escuchar. La vida parecía no tener sentido. El sentido de la vida parecía no haberlo más. El reloj macaba las 5 de la tarde con 51 minutos. Y nada, se había ido desde las 4 de la tarde. Ya llevaba casi 2 horas sin haber “comunicación” virtual. Mucho menos el Guasap, ¿por qué el Guasap?, ¿por qué el Facebook?, ¿por qué el Twitter? ¿Algún atentado terrorista? Sí, esos cabrones del Estado Islámico se lo van a adjudicar omo un “triunfo” de sus “soldados de la muerte”.
Ah, la vida virtual. Solo duró tres horas la angustia. Pero, mañana será otro día.