El PRD devorado por sus demonios internos

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El Partido de la Revolución Democrática pasa por su peor momento a consecuencia de sus permanentes contradicciones internas entre las corrientes que integran a esa institución política.
Hoy se debate en la palestra pública si fue o nó legal la suspensión de sus derechos partidarios y de la coordinación de la bancada perredista y de la Coordinación en el Senado de la República de Miguel Jerónimo Barbosa a partir de una resolución del Comité Ejecutivo Nacional que lideréa Alejandra Barrales.
La suspensión del Coordinador de los senadores perredistas en el Senado de la República fue sustentada por el hecho de que éste legislador se pronunció en apoyo al licenciado Andrés Manuel López Obrador como aspirante a la Presidencia de la República en el 2018 e invitó a todos los miembros de su partido, incluyendo a su liderazgo nacional, a que se pronunciaran en tal sentido y que el PRD no fuera a convertirse en partido satélite del Partido Acción Nacional.
El Senador Barbosa, con ese pronunciamiento provocó mayúsculo escándalo y satanización entre las tribus de ese partido quienes exigen su expulsión.
Más allá de si expulsan o nó al senador Barbosa, el partido del sol azteca continua cayendo en las preferencias electorales y hoy en día no veo cómo pueda recuperar la confianza de los mexicanos como una opción real de un proyecto democrático de izquierda.
El partido del sol azteca fundado por la corriente democrática de ex priístas encabezados por el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo y diversos partidos de izquierda, entre otros el histórico Partido Comunista se constituyeron como un proyecto alternativo de gobierno democrático y de izquierda que abrió una gran esperanza en el pueblo de México puesto que hasta ese año de su fundación los partidos de izquierda fueron simples organizaciones testimoniales incapaces de ganar una sola gubernatura o llevar a las dos Cámaras del Congreso de la Unión una fuerte presencia que influyera en las grandes decisiones de la Nación.
Fue a partir de 1997 cuando el PRD inició su ascenso y presencia en el escenario político-electoral nacional cuando en 1997 el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas ganó la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal y el PRI perdió su mayoría absoluta en la Cámara Baja del Congreso de la Unión.
De aquel histórico triunfo del PRD en la capital de la República fue creciendo su votación y, por ende, conquistando triunfos electorales de mayoría en presidencias municipales, diputaciones locales, regidurías, y de gubernaturas en alianza con el PAN, el PT y MOVIMIENTO CIUDADANO como en el Distrito Federal, Zacatecas, Michoacán, Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Morelos, Puebla, Sinaloa, Veracruz, Quintana Roo.
Con toda esta fuerza política nacional fue posible que el partido del sol azteca se colocara en el segundo lugar en las elecciones presidenciales del 2000 cuando su candidato fue el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas. En la sucesión presidencial del 2006 y 2012 con Manuel López Obrador como candidato presidencial refrendó en segundo lugar en la votación nacional y en consecuencia, el PRD y sus aliados de izquierda como el PT y Movimiento Ciudadano lograran en 15 años poderosas bancadas en ambas Cámaras del Congreso de la Unión y, por supuesto, el acceso a millonarios recursos derivados de su alta votación. Durante esos años fue la época dorada del PRD.
¿Cómo explicar entonces el por qué ese partido de izquierda viene en caída libre en el ánimo del voto popular? señalemos algunas causas: el primero, durante los años de ascenso en los que tuvo acceso a más curules, alcaldías, gubernaturas y más prebendas económicas, ese partido se fue alejando de sus principios ideológicos y programáticos prevaleciendo sobre ellos el más frío pragmatismo lo que generó disputas internas entre las tribus de ese partido con el claro objetivo de conquistar la mayor parte del pastel electoral.
Poco a poco el PRD priorizó la competencia electoral como medio para acceder al poder político y se fue alejando de la lucha social en las calles, centros de trabajo, zonas populares y rurales.
De la movilización y la denuncia pública al lado del pueblo se privilegió al debate parlamentario que si bien logró influir en políticas públicas que atendían graves problemas nacionales a favor del pueblo, no fue suficiente para que este partido lograra cambios fundamentales en nuestro sistema político de gobierno. En efecto, se lograron aprobar leyes de gran trascendencia, pero estas no se cumplen. Considero que otro factor en su declive fueron sus alianzas electorales, que no de gobierno, con el partido acción Nacional y otros partidos de izquierda. De todas esas alianzas en las que se ganaron gubernaturas en alianza con el blanquiazul, el ganón fue este último y todas ellas acabaron siendo un desastre en perjuicio de sus gobernantes.
Otro dato: de todos los gobernadores perredistas o en alianzas, solo 3 son genuinamente de izquierda; estos son Amalia García de Zacatecas, Graco Ramírez de Morelos y Rosario Robles Jefa de Gobierno del Distrito Federal por un año, el resto de gobernadores incluyendo los candidatos presidenciales proceden o del PRI o del PAN.
El otro factor de la crisis del PRD fue la salida de la corriente encabezada por el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, a la de los prestigiados líderes de izquierda comunista y socialista y el permanente éxodo de los seguidores de Andrés Manuel López Obrador al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
Dentro de poco tiempo es previsible que el PRD quede como una fuerza testimonial al igual que otros mini partidos. Sus demonios internos se lo están tragando a pedazos…

Conjeturas Por Francisco Cruz Angulo