México del Norte
Jorge Mújica Murias
Pandillas y Policías
La Migra se dedicó esta última semana, según un memorándum colado a los medios de comunicación, a castigar a las llamadas ciudades santuario. El castigo, de creerle a Donald Trump, es porque en estas ciudades la policía deja salir de la cárcel a los homicidas maniáticos a propósito, sin hacer caso de las peticiones de la Migra de detenerlos hasta que sus agentes lleguen a detenerlos, para que maten gente inocente en las calles.
Como sus órdenes de castigar a las ciudades santuario quitándoles dinero fue calificada de anticonstitucional y está congelada en las cortes, entonces El Trompas quiere ejercer su castigo directamente, enfocándose en jóvenes de 16 y 17 años, pandilleros y relacionados con las pandillas.
Eso es lo que decía el memorándum de la Migra fechado el 30 de junio, que de alguna forma llegó a manos de la agencia internacional de noticias Reuters. Las redadas habrían de realizarse de miércoles a domingo, enfocándose en jóvenes de esas edades, sospechosos de membresía o actividades pandilleras.
Según una declaración de la Migra, un joven es positivamente identificado como pandillero si cumple por lo menos dos condiciones: tener tatuajes, frecuentar áreas comunes de las pandillas, o vestirse con ropa identificada por la policía como usada por pandilleros.
También nomás por parecer, porque la Migra obviamente se negó a declarar sobre sus actividades en detalle, la operación va enfocada contra la llamada Mara Salvatrucha, MS-13, porque El Trompas la aborrece y la and poniendo de ejemplo de que tan malos somos los inmigrantes. “Son animales”, dijo El Trompas en un discurso ante los Boy Scouts. “No les gusta balacear gente, sino que agarran una muchachita, hermosa chiquilla de 15 o 16 años y la cortan con cuchillos hasta que muere. Son animales que hemos estado protegiendo por mucho tiempo y ya no los vamos a proteger más” .
¿Cómo castiga eso a las ciudades santuario? D eso nadie está seguro, pero aparentemente el castigo viene porque van a detener y deportar inmediatamente a los jóvenes inmigrantes pandilleros y sospechosos de pertenecer a una pandilla. A ver cómo les va, yo digo, porque la verdad no creo que vayan a encontrar muchos. La mayoría de los pandilleros son nacidos aquí, no inmigrantes, y los ciudadanos no son deportables.
Policías y Sospechosos
Pero el verdadero peligro de operaciones como éstas es que nada es como se anuncia. El peligro es el daño colateral.
Me explico. Ya durante varios meses ha habido una campaña, por lo menos en Chicago, de aclarar exactamente qué es eso de “santuario”, o como por acá le llaman pomposamente, “una ciudad que da la bienvenida a los inmigrantes”.
Lo que se sabe es que la policía, y de hecho todas las autoridades de la ciudad no deben colaborar voluntariamente con la Migra ni andar preguntando el estatus migratorio de sus residentes. De ahí en adelante no hay nada claro.
El hecho, y por eso la campaña para reforzar la Ordenanza del santuario, es que la policía de Chicago sí colabora con la Migra por lo menos de tres formas. Una, es enviando las huellas digitales de los detenidos al Buró Federal de Investigaciones, el FBI, bajo la lógica de identificar si el detenido tiene órdenes de arresto o es buscado por las autoridades en algún otro estado. Y una copia de las huellas va a dar a la Migra. Es ayuda indirecta, porque así está diseñado el sistema de las computadoras y a nadie se le puede culpar de ello excepto a Barack Obama, bajo cuya presidencia se armó el sistema.
Dos, manteniendo una extensa base de datos de “sospechosos”. La lista, en que uno va a dar no porque haya hecho algo sino porque la policía sospecha que puede hacer o haber hecho o que a la mejor va a hacer algo, tiene actualmente unos 400 mil nombres. Si, una de cada diez personas en Chicago está en la lista. Y la lista la puede consultar la Migra.
Tercero, no enviando a la cárcel del Condado de Cook, como se supone que debe hacerlo, a los detenidos por algún delito mayor, sino reteniéndolos en la estación de policía hasta por tres días, suficiente para la Migra pase por ellos.
Con esas tres basta para que la denominación de “santuario” pase al olvido.
Y para llover sobre mojado, la Migra puede detener, “en el curso de una investigación” a cualquier persona que considere “sospechosa” de no tener papeles.
Entre esos cuatro elementos, la redada supuestamente contra la Mara Salvatrucha puede tener nefastas consecuencias.
Es cacería de brujas, pero como todas las cacerías de brujas, nunca encontrará brujas, sino personas inocentes que podrían caer en las redes de la Migra de camino al trabajo o al supermercado, por “sospechosas”.