El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió a su fiscal general, Jeff Sessions, que dejará de investigar al polémico exalguacil Joe Arpaio, indultado por el mandatario el pasado viernes, según funcionarios citados por los diarios The Washington Post y The New York Times.
La petición de Trump ha despertado una gran polémica porque Arpaio, de 85 años, es una figura divisoria considerada por algunos como un símbolo en la lucha contra la inmigración irregular y por otros como un auténtico criminal que violó de manera sistemática los derechos de la comunidad hispana en Arizona.
Según narra The New York Times, Trump pidió que se cerrara la investigación contra Arpio durante un encuentro con el fiscal general y con Donald F. McGahn II, asesor legal de la Casa Blanca.
En concreto, Trump preguntó a los dos funcionarios sobre cuáles eran las posibilidades para ayudar a Arpaio, quien se enfrentaba a una condena de hasta seis meses de cárcel después de haber sido hallado culpable de desacato a los tribunales por un caso de discriminación racial.
Tanto McGahn como Sessions respondieron al presidente que el caso no podía ser eliminado, según funcionarios que hablaron bajo condición de anonimato y cuyo testimonio recoge The New York Times.
En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, consideró “natural” que el presidente tenga discusiones sobre temas judiciales con los expertos legales de la Administración y afirmó que el caso del exalguacil Arpaio “no sería diferente” en ese aspecto.
Arpaio fue alguacil del condado de Maricopa (Arizona) –que incluye Phoenix- entre 1993 y 2017, 24 años en los que se hizo famoso por su mano dura con los inmigrantes indocumentados y por las severas condiciones en la cárcel bajo su jurisdicción.
El caso criminal de Arpaio se remonta casi una década atrás, cuando el Departamento de Justicia inició una investigación en su contra por violar los derechos civiles de los latinos a raíz de las numerosas quejas por lo que sucedía en Arizona.
De acuerdo con la investigación, los agentes a las órdenes de Arpaio paraban a conductores solo por su aspecto racial, detenían a personas por la mera sospecha de que fueran indocumentados y los entregaban a las autoridades migratorias.
En 2011, la Justicia ordenó a Arpaio que abandonara su estrategia de detener a gente por razones raciales, pero el polémico exalguacil siguió con sus tácticas.
Por desobedecer las órdenes de la Justicia, una jueza abrió en 2015 un caso en su contra del que fue hallado culpable en julio y del que estaba ahora a la espera de condena, que podía ser de hasta seis meses de cárcel.
En repetidas ocasiones, Trump ha mostrado su admiración por Arpaio por su mano dura contra la inmigración, mientras que el exalguacil de Maricopa fue de los primeros en apoyar la candidatura
presidencial del multimillonario neoyorquino.
Entre sus polémicas decisiones estuvo la creación de la “Ciudad de las Carpas”, una cárcel donde los reos cumplieron sus condenas al aire libre y soportaron las extremas temperaturas del desierto de Arizona.
El indulto presidencial que concedió Trump a Arpaio el viernes es el primero que ofrece el mandatario desde que llegó a la Casa Blanca.